Iniciando la década de los 80’s el Volcán Acatenango era parcialmente inexplorado, en 1881 el escritor Eugenio Dussaussay junto con Tadeo Trabianno intentaron subir al pico central del Acatenango, sin embargo, luego de solicitar permiso al Jefe Político de Sacatepéquez, quien los refirió con una carta para el alcalde de Alotenango solicitando que les prestara a los exploradores las medidas correspondientes de seguridad para ascender al Acatenango, no encontraron guía para llegar al pico central y decidieron llegar al cono activo, que según registros hizo erupción en el año de 1880.
El alcalde únicamente logró conseguir 3 personas para que acompañaran a los dos exploradores, el único voluntario en acompañar a Dussaussay y a Trabanino fue Rudecindo Zul y 2 mozos fueron obligados por el alcalde, llegando al acuerdo que los exploradores debería de llevar aguardiente para poder acompañarlos.
Las cinco personas iniciaron el recorrido cargando el aguardiente, instrumentos de ubicación y armamento para defenderse de los tigres que habitaban la zona en ese entonces. El ascenso inició en Alotenango con una caminata de aproximadamente 16 kilómetros por una planicie hasta llegar al primer descanso conocido como “del Castillo” o “Gajoteachucuyo”, ubicado en la zonas más bajas del volcán.
El terreno estaba rodeado de extensa vegetación con algunos robles, encinas con bellotas, aguacatales y amates, a medida que se avanzaba la vegetación se hacía más espesa, por lo que Zul y los mozos tuvieron que cortar algunas plantas con machete para habilitar el paso.
Durante una parte en el camino se encontraron con extensas cortinas de vapor que flotaban en el aire y empujadas por el viento en todas direcciones, habían unas que eran más densas y que reposaban sobre la montaña; al llegar a lugar conocido como “el Cipresal”, debido a que en la zona hay 6 cipreses, fueron cubiertos por una densa niebla, entonces Dussaussay se dispuso a medir la temperatura y el termómetro marcaba 2 grados sobre 0. La densa neblina se convirtió en lluvia sobre la zona.
Al salir de la zona de “el Cipresal”, la vegetación cambió drásticamente en donde predominan los castaños silvestres que crecen en tierras altas. Los exploradores junto a Zul y los mozos pasaron ahí la noche e improvisaron una choza con algunas ramas y hojas. Al amanecer, desde el lugar donde se encontraban pudieron darse cuenta que desde ahí se podía apreciar el departamento de Escuintla y parte del Océano Pacífico, el Volcán de Agua, la ciudad de Antigua y Nueva Guatemala, y enfrente estaba el pico del Volcán de Fuego.
Luego de descansar un momento, recogieron sus pertenencias y siguieron el camino hasta llegar a lugar conocido en ese entonces como “primer meseta” en donde Zul y un mozo ya no avanzaron debido al temor que los indígenas de la zona tenían al Volcán Acatenango; solo un mozo acompañó a los exploradores hasta la segunda meseta, la cual conduce hacia el cráter del volcán.
Al llegar a la segunda meseta, la vegetación había disminuido y solo se encontraban algunos pinos viejos y más adelante la vegetación desaparecería por completo. Solo los exploradores llegaron a la cima por medio de un camino estrecho y donde el aire soplaba fuerte, quedaron maravillados con la vista hacia el horizonte; luego de un ascenso de alrededor 16 horas, el descenso fue de 4 horas en total.
Según registros eruptivos, se cree que el volcán colapsó aproximadamente hacer 43 mil años y formó una avalancha de piedras volcánicas que cubrió un área extensa del pacífico; además, se cree que la cumbre conocida como Yepocapa terminó de formarse hace 20 mil años y luego se formó el pico más elevado o el Pico Mayor.
La zona del ahora Parque Regional Municipal Astillero Municipal Volcán de Acatenango, junto con algunas zonas aledañas perteneció a una persona particular llamada Agustín Aceituno, pero tuvo que dar las tierras debido a un embargo que realizó el Banco de Desarrollo Agrícola (BANDESA); las tierras fueron entregadas a algunas personas de la comunidad de Nejapa para que dieran uso agrícola.
Algunas erupciones registradas son en 1661 solo con humo, luego tuvo algunas de cenizas y gases entre los años de 1924 y 1927.
La última erupción registrada del Volcán Acatenango fue en diciembre del año de 1972, cuando el coloso arrojó bombas volcánicas, es decir, lava que se enfría en el aire y que cae en forma de pequeños asteroides; se contabiliza que esta erupción cubrió de ceniza un radio de 25 kilómetros en la región.